PINTURAS RUPESTRES EN SANTA CRUZ.


Los aborígenes ocuparon nuestro territorio desde hace más de 10.000 años. En los lugares que habitaron: cuevas, aleros, paradores al aire libre, se han encontrado muchos elementos que nos hablan de su forma de vida basada en la caza y la recolección: puntas de flechas, raspadores, cuchillos y perforadores hechos de piedras, bolas de boleadoras, y punzones fabricados con hueso.
En los lugares que habitaron nos dejaron hasta hoy pinturas y grabados a los que llamamos: arte rupestre. Son muchos los sitios existentes en Santa Cruz. Uno de los más conocidos es la “Cueva de las Manos” en el cañadón del río Pinturas, declarada por la UNESCO “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
En la cuenca del río Pinturas hay también otros muchos sitios con arte rupestre: Cueva Grande del Arroyo Feo, Cueva Grande de Altamirano, Alero de Charcamata, Alero de Cárdenas, etc.

En otros lugares de la provincia existen también pinturas rupestres como en el Cerro de los Indios en la costa del lago Posadas, en el Parque Nacional Perito Moreno y en muchos otros sitios.
Los antiguos artistas nos dejaron también grabados en las rocas y paredones llamados “petroglifos”, que representan pisadas de animales (puma, ñandú, guanaco), dibujos de “matuastos” con cola larga, etc. Hay lugares con “petroglifos” cerca del lago Viedma, en la meseta del lago Strobel y del lago Buenos Aires, etc.
Los aborígenes utilizaban para fabricar sus pinturas yeso y arcillas que mezclaban con diversos pigmentos de colores. Para pintar fabricaban pinceles confeccionados con pelos de animal y tubos de hueso por los que soplaban la pintura. Los colores predominantes son: rojo, ocre, negro, blanco, violáceo.
Los grabados los realizaban con instrumentos de piedra produciendo incisiones en la superficie de las rocas.
Diversos estilos:


Diversos estilos:
Los investigadores que estudian el arte rupestre en nuestra provincia han determinado diversos estilos artísticos que clasificaron con las letras A B y C.
Grupo A:
Abarca las pinturas más antiguas que están relacionadas con cacerías, en las que se ven a hombres y animales corriendo y se observan las armas utilizadas, como las boleadoras. La antigüedad de estas pinturas la calculan hasta 9.300 años antes del presente.
Grupo B:
Este grupo estilístico está integrado por dibujos de guanacos y negativos de manos en gran cantidad. En la Cueva de las Manos hay más de 800 negativos, en su mayoría de la mano izquierda. También hay impresiones positivas de las manos que hacían apoyando la mano untada con pintura sobre la pared. Parecen predominar las manos femeninas por lo que algunos investigadores piensan que tienen relación con ritos del pasaje de las niñas al llegar a la pubertad, ceremonias que han perdurado hasta el siglo XX.

Este estilo incluye también figuras abstractas como: círculos concéntricos, espirales, círculos radiados, conjuntos de puntos, pisadas de puma, ñandú, etc.
Grupo C:
Este grupo incluye las representaciones más recientes de manos, figuras humanas y de animales. Las manos negativas de color blanco fueron realizadas pintando previamente el fondo de la pared.
A este grupo pertenecen diversos dibujos geométricos: largas líneas en zigzag, triángulos opuestos por el vértice, etc.
Estudiando el arte rupestre y los otros elementos encontrados, los investigadores procuran reconstruir la vida y el desarrollo cultural de los pueblos originarios que habitaron la Patagonia.